Fernando Moraño

Ante la pregunta: ¿Un cómico nace o se hace? Nuestro cómico responde: Primero nace y luego se hace, porque si no nace, pues no se hace.

 

Fernando Moraño no tuvo ningún inconveniente en nacer para más tarde, con el paso del tiempo, hacerse cómico e incluso persona. Nace en el seno de una familia trabajadora, de la que no hereda ni el más mínimo interés por el sacrificio. Su formación académica acrecienta el fracaso del sistema educativo español, exponiendo desde bien joven a Moraño a las trepidantes experiencias del mundo laboral.

Fracasa en varios empleos, hasta que finalmente, cobrando el paro descubre su infinita capacidad para vivir del cuento y automáticamente se hace cómico, irrumpiendo en la comedia de manera alevosa, con un estilo propio que podemos interpretar como una amenaza a sí mismo. Consigue de esta forma trabajar en el único sitio donde encuentra la paz espiritual: los bares. Pasados 7 años, en plena adolescencia tardía(31 años), Paramount Comedy, demostrando la existencia de delirios alcohólicos entre sus directivos, decide darle la oportunidad de grabar un monólogo que marcará un antes y un después en el mundo de la comedia, o quizá sólo le sirva para salir en la tele.

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